En Luisiana, en el sur de Estados Unidos, permanecen los tufos del racismo y símbolos que recuerdan la época de los linchamientos.
Jena es un lugar igual a otros miles que existen en Estados Unidos. En lo más recóndito de Luisiana, una ciudad descabalada, con su iglesia -o más bien sus iglesias-, sus tiendas a lo largo de una gran calle… Un pueblucho poco atractivo donde el simple hecho de ser extranjero ya es un punto desfavorable. Este pueblo de 3.000 habitantes, cuya existencia ignoraba todo el mundo, a pesar de todo, fue la estrella de los telediarios en el otoño de 2006 debido a un asunto que puso de manifiesto que la segregación y el racismo rastreros siguen vivos. Allí como en el resto de Estados Unidos.
El 15% de la población de Jena, los negros, está relegada lejos del centro, al otro lado de la autopista. «Cada uno en su sitio y el mundo funcionará mejor», parece ser el lema de los caciques blancos. Sin embargo los jóvenes negros de Jena no están dispuestos a seguir aceptando esa forma de ver las cosas. la segregación siguen vivos en el país del Tío Sam. El huracán Katrina y la devastación de los barrios negros (mientras que en los protegidos barrios blancos no pasó nada) están presentes en todas las memorias, así como el recuerdo de la controvertida elección presidencial de 2000 en Florida (que dio la victoria in extremis a Bush), donde las obstrucciones jurídicas y políticas afectaron principalmente a los negros. Lorenzo Morris, profesor de Ciencias Políticas en la universidad Howard de Washington CD (creada después de la Guerra de Secesión, para los antiguos esclavos y los soldados negros), considera que «las divergencias raciales cada vez son más grandes en la vida social y política. El número de negros que cae en la pobreza no deja de aumentar. Los jóvenes son víctimas de injusticias, no hay progresos en la escolaridad y la falta de empleo es obvia. Es necesario volver a las directrices de la política affirmative action (antidiscriminatoria), con el fin de conseguir un resultado igualitario». Al mismo tiempo, «las oportunidades de movilidad social tienden a desaparecer para los blancos, lo que causa un malestar en el que el racismo encuentra un terreno abonado».
viernes, 18 de enero de 2008
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